Mil madreñas rojas (León)
Leemos
que empieza a haber viajeros que huyen de la conexión permanente y que hay
lugares que incluyen la desconexión total como uno de sus atractivos. Se habla
del “Turismo Detox” especializado en viajeros que
desean desengancharse de la tecnología. ¿Wifi? No, gracias.
Lo
moderno puede que ya no sea estar conectado en todo momento y lugar sino saber
vivir sin tecnología, al menos durante las vacaciones. Viajar sin tecnología
nos ayudará a disfrutar más y mejor de lo que vemos a nuestro alrededor y a
sentir que realmente “estamos muy lejos de casa”. Tras la “borrachera tecnológica”,
los auténticos viajeros parece que están volviendo a los viajes sin tecnología
que aseguran una desconexión total.
Al
parecer, en España se han apuntado a esta tendencia la cadena Vincci en
Marbella, Sierra Nevada y Tenerife. También el complejo rural Mil
Madreñas Rojas (en Salientes, León) donde ni siquiera hay
televisión (porque a sus dueños no les gusta), ni móvil, ni internet (porque la
cobertura no llega a este pueblecito perdido en las montañas del occidente de
León, entre bosques con osos pardos, urogallos, corzos o rebecos). Son solo
cuatro apartamentos ecológicos desde los que se organizan rutas de montaña,
turismo ornitológico o talleres de arte vegetal.
Otro
ejemplo en nuestro país es la Casa
rural Lanzarote (Lanzarote), regentada curiosamente por un
ingeniero de telecomunicaciones consciente de los efectos que pueden tener las
radiaciones. Por ello se promociona como un “paraíso libre de ondas
electromagnéticas”, que es especialmente demandado por viajeros extranjeros. Se
dan clases de yoga y taichi, se organizan rutas a pie y en bicicleta por la
isla y se disfruta del placer de estar desconectados. Está a15 kilómetrosde
Teguise, en el centro de Lanzarote.
En el
extranjero algunas islas caribeñas como San Vicente o las Granadinas se ofrecen
como vacaciones de desintoxicación digital (Digital Detox); el
hotel Renaissance, de Pittsburgh, el Quincy de Washington con paquetes
especiales “unplugged” que incluyen descuentos importantes para comprar libros
y proponen a sus clientes utilizar planos (en papel) para hacer recorridos por
la ciudad (y por supuesto, se encargan de requisar a los huéspedes los aparatos
electrónicos durante su estancia). En esta línea está también el Westin de
Dublín que recoge los móviles de los clientes en su caja fuerte y nos propone
juegos de supervivencia, cosas tan “antiguas” como mapas y guías en papel para
moverse por la ciudad o incluso un kit para plantar un árbol.
Desde
hace años crece sin parar el número de “ciberadictos” a Internet y las nuevas
tecnologías. Para ellos se han creado paquetes de turismo de salud tecnológica,
como el que propone viajar a Seattle (EE UU) para ingresar en la primera
clínica especializada en ciberadictos. No es barato: más de 14 000 dólares por
45 días en una vieja casa de campo rodeada de naturaleza. El tratamiento
consiste sencillamente en aprovechar a tope el mundo real: jugar en la
naturaleza, charlar con los compañeros, dar paseos por el campo, resolver
problemas de agilidad mental… todo sin conexión alguna. ¡Si nuestros abuelos
del pueblo levantaran la cabeza!Para casos extremos
Nos comenta una amiga que acaba de estar en Madreñas Rojas muy bien, no hay antenas a la redonda ni nada. Todo limpio, a 1350 metros de altura. Un sitio increible, sin TV ni nada, los apartamentos super bonitos, combinando la piedra con la madera y los tonos alegres. Los dueños muy majos y muy atentos. Sin embargo, hace dos semanas Toni y Mónica, en vista que cada vez más gente lo demandaba y a falta de tanta cobertura, decidieron poner wifi en el bar. A nuestro apartamento no llegaba, menos mal. Entiendo que es lo que demanda esta sociedad. Pero es una pena.
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